jueves, 16 de mayo de 2013

Artículo: Un OVNI en mi jardín???


JOSÉ C. HAYAKAWA CASAS
Un OVNI en mi jardín???

OVNI. Un OVNI en mi jardín. Canción de un grupo de rock peruano de la década del ochenta que describía la experiencia de visita intempestiva de un artefacto vehicular del espacio exterior –presumiblemente del planeta Marte- en parte de su propiedad. Objeto Volador No Identificado. OVNI.

He ahí el detalle: Al examinar el escenario post (o pre??? porque las solitarias estructuras metálicas dicen otra cosa) Museo de Arte Contemporáneo (MAC)-Lima es identificable que la sensación de vecinos de Barranco es agridulce ya que perciben que mediante un conjunto de “gestiones de alto nivel” Instituto de Arte Contemporáneo (IAC)-Municipalidad Distrital de Barranco –y con la venia de la Municipalidad Metropolitana de Lima y del Instituto Nacional de Cultura- se ha impuesto un museo en “su parque”. Parque de escala local, en el distrito más pequeño de Lima, en el cual se decidió que un equipamiento cultural pretendidamente metropolitano –que es como colocar al Gordo en las ropas del flaco- “engalane” el vecindario. Vecindario inconsulto sobre una cosa tan básica como el parque del barrio. Porque era su parque, su espacio público, su patrimonio local y por ende acumulaba un conjunto de historias y memorias individuales y colectivas que les fue arrebatado unilateralmente y de facto, superpuesto por una nave tecnológica y universal. Como un objeto extraño, raro, que aterriza en su territorio, descontextualizado. Como un OVNI, pero ya no en su jardín sino en su parque.

Un fracaso más que importa???

El patrimonio al ser un concepto relativo, temporal, histórico puede construirse como resultado de la imposición estimativa de uno de los diferentes actores involucrados. Así, Fernando Carrión refuerza esta lectura dinámica y multiactoral de “lo patrimonial” conceptualizándolo desde una doble perspectiva­:
“Es el ámbito de un conflicto social, de la misma manera como ocurre al interior de cualquier núcleo familiar respecto de la herencia. Esto… define los sujetos patrimoniales en sus respectivas tensiones e interrelaciones.

Es la lógica de la transferencia socio-generacional del valor patrimonial, en la perspectiva del devenir. Esto es, define el carácter de sustentabilidad o la continuidad del cambio”1.

Por ende, las tensiones observables con el MAC-Lima son muy representativas del marco más amplio del arte, la cultura y el patrimonio de cara a la ciudad, la ciudadanía, el Estado y las instituciones privadas: ausencia de una política pública –en los niveles del Estado-Nación, regional y local- que promueva decididamente lo cultural, errática planificación urbana que castra posibilidades de sostenibilidad ambiental, modelo de gestión anti-participativo que explicita un discurso monológico y excluyente que genera un mayor distanciamiento con el poco accesible “arte contemporáneo”. Asimismo, las referidas tensiones testimonian con claridad el fraccionamiento que se ha suscitado entre una realidad estructural y el “proyecto moderno” de país que intentaron implementar algunas élites ilustradas años atrás, el cual al universalizar homogeneizaba, aplanaba, acallaba, circunstancia harto complicada en un país históricamente multicultural y fragmentado. Porque  lo que hay de  MAC-Lima es más que una basílica construida por columnas, vigas, paramentos metálicos y espejos de agua sino lógicas asumidas del “hecho consumado” y del “perro muerto” que no suman a la construcción del “museo para todos”, como reza el tríptico justificador y la website ciber-políticamente correcta. No “Museo para todos” sino “Museo para nosotros y sobre todos”, como más bien señala el cerco perimétrico de reja metálica que connota su concepción de espacio público.

Post-data…

Una promesa que parece más lejana aún si es que desde los agentes culturales no son asimiladas lógicas que desde la interculturalidad –consustancial para el caso de una megalópolis de 8 millones de habitantes- permitan hibridar, mezclarse, reconocerse desde el otro…

Todo ello nos conduce a preguntarnos qué queda??? Tal vez sólo examinar y obtener lecciones aprendidas. Tal vez seguir apostando por proyectos culturales que celebren la diferencia y no la excluyan. Tal vez esperar que el encuentro entre “arte contemporáneo” y la(s) ciudad(es) se base en el diálogo y que los consensos entre actores determinen que la significación cultural resulte de la sumatoria de valores que sobre el mismo tengan los distintos grupos socio-culturales. 

Tal vez…


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